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2 de septiembre de 2012

ASSANGE CON ASILO, PERO SIN SALIDA

La decisión del Gobierno de Rafael Correa de otorgarle asilo político a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, que permanece desde hace dos meses en la embajada ecuatoriana en Londres, desató en los últimos días una tormenta diplomática con Gran Bretaña.




Julian Assange, el creador del sitio Wikileaks, era denunciado por presuntos delitos sexuales en Suecia y se encontraba en proceso de pactar una reunión con la policía de Gran Bretaña, cuando fue arrestado por este país en diciembre de 2010. Se dictó una orden de captura internacional días después de que Wikileaks filtrara más de 250.000 cables periodísticos a medios internacionales.

“El Gobierno de Ecuador fiel a su tradición de proteger a quienes buscan amparo en su territorio o en sus locales de sus misiones diplomáticas ha decidido conceder asilo diplomático al ciudadano Julian Assange” anunciaba en un comunicado Ricardo Patiño, Canciller ecuatoriano.

En el Reino Unido lo que se dice es que está siendo buscado por delito común. Los medios periodísticos de Inglaterra destacan esto, como es el caso de The Guardian. En esto no cabe ninguna figura de asilo político debido al pedido de captura por delito común. El tema está en que la cancillería ecuatoriana lo que expresa claramente en el documento que difundieron es que “el temor es que sea extraditado de Suecia a un tercer país, los EE.UU.”. Allí “no hay seguridad de que Assange tuviera el debido proceso” declaraba Patiño, corría riesgo de que le dieran o cadena perpetua o aún peor la pena de muerte. Por esta razón, por estar en riesgo la vida de Assange es que Ecuador decidió darle asilo político.

Él niega las acusaciones y demandas de extradición. Podría ser un primer paso en los esfuerzos de expulsarlo a los Estados Unidos, donde se afirma que ha sido secretamente acusado por su revelación de 250.000 cables del Departamento de Estado.

Los cancilleres de la Unasur, reunidos en Guayaquil, respaldaron de forma unánime a Ecuador, que otorgó asilo diplomático a Julian Assange y que recibió la amenaza del Reino Unido de irrumpir su embajada en Londres invocando una ley inglesa de 1987. La declaración final exhorta a las partes "a continuar el diálogo y la negociación directa en procura de una solución mutuamente aceptable con arreglo al derecho internacional". Por su parte, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) se expresó en igual sentido y repudió el "acto de intimidación".

Assange emitió un mensaje desde el balcón de la residencia latinoamericana, en el que agradeció los apoyos recibidos, solicitándole al gobierno de los Estados Unidos que renuncie a la "caza de brujas contra Wikileaks" y se comprometa ante el mundo a "no perseguir a los periodistas por sacar a luz los crímenes secretos de los poderosos".

¿Por qué Gran Bretaña sí le ofreció en su momento garantías de protección al chileno Pinochet y hoy se la niega a Assange?

Gran Bretaña defiende intereses que hoy están puestos en tela de juicio por los Julian Assange, wikileaks, y por todos estos sectores o clases sociales que son representadas y se ven expresadas por los Correa, los Cristina Fernández de Kirchner, los Chávez. Esto pone en el tapete los intereses británicos a la hora de negar el salvoconducto que le permita llegar a Ecuador para poder recibir el asilo diplomático que ha ofrecido Correa.

Hoy en día hay una tendencia que está rompiendo con aquel mundo unipolar o bipolar que existió en algún momento y empieza a aparecer este nuevo mundo multipolar donde existen un sinnúmero de bloques internacionales de distintos estados que se erigen frente a la caída estrepitosa, producto de la crisis de los sistemas rentístico financieros, de estos países.

Para Correa, el caso Assange ha servido para consolidar la integración latinoamericana. En esta situación se juntan características que despiertan el espíritu latinoamericanista, Inglaterra amenazando con desconocer la inviolabilidad de las misiones diplomáticas, Estados Unidos presionando para defender sus intereses al precio que cuesta, etc.

Más allá del resultado, estamos frente a un nuevo fracaso de la diplomacia de los países centrales, no han podido evitar que Ecuador les diga que no, y poco tiempo pasó para que el resto de los países latinoamericanos apoyen la decisión y la defiendan ante las amenazas inglesas.

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