Escrito por Mariano Artigas para la Revista Integración Nacional
Los bancos centrales de países como Rusia o Tailandia se ponen amarillos del oro que han salido a comprar, tratando de diversificar sus reservas en divisas. Una profunda desconfianza en el dólar y aún en el euro, determinan que hayan pasado más de cuatro décadas para que se compre tanto oro como se está comprando en estos días. Estas medidas han impulsado una disparatada suba del precio de la onza de oro en el mercado internacional.
La crisis que azota a Europa y a Estados Unidos parece no tener fin. Los bancos buscan refugio, no inversiones productivas;simplemente refugio.