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17 de noviembre de 2011

I UN VERDADERO APORTE DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO


El golpe del 16 de septiembre de 1955 encontró inmediata respuesta en la clase trabajadora: movilizaciones de las bases, asam­bleas en fábricas, huelgas y sabotajes serán una constante ante el atropello impuesto por los 'libertadores", que intervinieron a la CGT, asaltaron con comandos civiles a los sindicatos, inhabilita­ron a miles de dirigentes en su mayoría peronistas, e hicieron de las cárceles el destino de muchos de éstos.

Todo ello lo realiza la dictadura de Aramburu para llevar ade­lante el Plan Prebisch, favorable a la oligarquía y los monopolios.Así se liquidó el IAPI, las empresas estatales de DINE, se prohi­bió el símbolo y propio nombre de Perón o Peronismo, se derogó por decreto la Constitución de 1949 buscando retrotraer el país a la época de la Década Infame.
La respuesta de lucha de los trabajadores se realizó en forma espontánea en manos de cuadros de segunda y tercera línea del Movimiento Peronista conjuntamente con los dirigentes que que­dan al frente de la CGT Auténtica, como Andrés Framini (texti­les), Dante Viel (estatales), y Natalini (Luz y Fuerza) ante la de­serción de las primeras líneas.Ellos protagonizarán junto con di­rigentes surgidos después de 1955, delegados o miembros de co­misiones internas de fábricas, una lucha frontal, masiva y direc­ta contra el régimen, que va a durar hasta el 9 de junio de 1956.

A partir de allí, demostrada la imposibilidad de una recupera­ción rápida del gobierno, se hizo necesario replantear la lucha, variando de un enfrentamiento directo a uno indirecto.La posibi­lidad y la necesidad de recuperar los sindicatos en manos de los interventores militares motoriza al activismo gremial, que con­forma con ese objetivo las Agrupaciones Sindicales.
En los años 1956 y 1957, la lucha por la recuperación de los gremios se centró fundamentalmente en los sindicatos industria­les,

La gran mayoría de los nuevos dirigentes, como Sebastián Borro en el Frigorífico Lisandro de la Torre, fueron peronistas y su lucha tuvo un verdadero carácter nacional.Así, la primera CGT Regional recuperada fue la de Córdoba, que el primero de julio de 1957 elige en Plenario General a Atilio López de UTA como Secre­tario General (CGT legal).

Los sindicatos y delegaciones regionales recuperadas formaron la "Intersindical' que el 12 de julio de 1957 lanzó un paro general que fue acatado en todo el país, obligando al gobierno a convocar al Congreso Normalizador de la CGT intervenida hasta ese mo­mento por el Capitán de Navío Patrón Laplacette.En este Congre­so los intentos del interventor por lograr una dirección dócil apo­yado por los sindicatos que habían sido entregados por los gorilas a los grupos sostenedores del sindicalismo amarillo, fracasan.De los 94 gremios presentes se retiran 32.Esta actitud lleva a la rup­tura del Congreso y el nacimiento de las "62 Organizaciones' inte­gradas por los sindicatos que permanecieron en el recinto.

Este hecho histórico revitalizó al peronismo en su conjunto ya que constituyó la culminación de un esfuerzo por vertebrar una rama gremial peronista en las difíciles y duras condiciones im­puestas por el régimen oligárquico.

En ese mismo año 1957, en el mes de julio, la dictadura mili­tar decide convocar a elecciones de Constituyentes para reformar la Constitución.La oligarquía y el imperialismo no podían sopor­tar la vigencia de la Constitución de 1949 y era necesario derogar los principios que afirmaban la vigencia de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, para ir prepa­rando las condiciones políticas y jurídicas que darían piedra libre a las inversiones extranjeras.

En las elecciones de Constituyentes el peronismo proscrito adoptó la táctica voto-blanquista, y más de dos millones de votos en blanco expresaron claramente el repudio del pueblo a esta convocatoria.

El Movimiento Obrero continuó asestando golpes al gobierno dictatorial a pesar del estado de sitio, de los encarcelamientos y proscripciones de dirigentes.El 27 de septiembre de 1957 cuaren­ta gremios recuperados convocaron a un paro nacional que fue unánime.

En ese marco de resistencia obrera y lucha política del pero­nismo contra las proscripciones y la entrega, la CGT de Córdoba convocó a un Plenario Nacional de Delegaciones Regionales de la CGT y de las 62 Organizaciones, realizado en la localidad de La Falda, provincia de Córdoba, donde se aprobó un programa obre- ro, que constituyó un auténtico programa de gobierno, claramen­te antioligárquico y antiimperialista enmarcado en las grandes banderas históricas del peronismo, y un verdadero aporte del Movimiento Obrero Argentino en la lucha por la Liberación Nacional y Social de nuestra Patria.

Roberto Baschetti. Documentos de la resistencia peronista 1955-1970


EL PROGRAMA DE LA FALDA

Para la Independencia Económica:

a)Comercio exterior:
  • Control estatal del comercio exterior sobre las bases de la forma de un monopolio estatal.
  • Liquidación de los monopolios extranjeros de importación y exportación.
  • Control de los productores en las operaciones comerciales con un sentido de defensa de la renta nacional.Planifica­ción del proceso en vista a las necesidades del país, en fun­ción de su desarrollo histórico, teniendo presente el inte­rés de la clase laboriosa.
  • Ampliación y diversificación de los mercados internacio­nales.
  • Denuncia de todos los pactos lesivos de nuestra independencia económica.
  • Planificación de la comercialización teniendo presente nuestro desarrollo interno.
  • Integración económica con los pueblos hermanos de Lati­noamérica, sobre las bases de las experiencias realizadas.
b)En el orden interno:
  • Política de alto consumo interno; altos salarios, mayor producción para el país con sentido nacional.
  • Desarrollo de la industria liviana adecuada a las necesida­des del país.
  • Incremento de una política económica tendiente a lograr la consolidación de la industria pesada, base de cualquier desarrollo futuro.
  • Política energética nacional; para ello se hace indispensa­ble la nacionalización de las fuentes naturales de energía y su explotación en función de las necesidades del desarro­llo del país.
  • Nacionalización de los frigoríficas extranjeros, a fin de po­sibilitar la eficacia del control del comercio exterior, sus­trayendo de manos de los monopolios extranjeros dichos resortes básicos de nuestra economía.
  • Soluciones de fondo, con sentido nacional a los problemas económicos regionales sobre la base de integrar dichas economías a las reales necesidades del país, superando la actual división entre "provincias ricas y provincias po­bres'.
  • Control centralizado del crédito por parte del Estado, ade­cuándolo a un plan de desarrollo integral de la economía con vistas a los intereses de los trabajadores.
  • Programa agrario, sintetizado en: mecanización del agro, "tendencia de la industria nacional", expropiación del lati­fundio y extensión del cooperativismo agrario, en procura de que la tierra sea de quien la trabaja.
Para la Justicia Social:
  • Control obrero de la producción y distribución de la rique­za nacional, mediante la participación efectiva de los trabajadores:
    • en la elaboración y ejecución del plan económico gene­ral, a través de las organizaciones sindicales;
    • participación en la dirección de las empresas privadas y públicas, asegurando, en cada caso, el sentido social de la riqueza;
    • control popular de precios.
  • Salario mínimo, vital y móvil.
  • Previsión social integral:
    • unificación de los beneficios y extensión de los mismos a todos los sectores del trabajo.
  • Reformas de la legislación laboral tendientes a adecuarla al momento histórico y de acuerdo al plan general de transformación popular de la realidad argentina.
  • Creación del organismo estatal que con el control obrero posibilite la vigencia real de las conquistas y legislaciones sociales.
  • Estabilidad absoluta de los trabajadores.
  • Fuero sindical.
Para la Soberanía Política:
  • Elaboración del gran plan político-económico-social de la realidad argentina, que reconozca la presencia del movimiento obrero como fuerza fundamental nacional, a través de su participación hegemónica en la confección y direc­ción del mismo.
  • Fortalecimiento del estado nacional popular, tendiente a lograr la destrucción de los sectores oligárquicos antina­cionales y sus aliados extranjeros, y teniendo presente que la clase trabajadora es la única fuerza argentina que re­presenta en sus intereses los anhelos del país mismo, a lo que agrega su unidad de planteamientos de lucha y forta­leza.
  • Dirección de la acción hacia un entendimiento integral (político-económico) con las naciones hermanas latinoame­ricanas.
  • Acción política que reemplace las divisiones artificiales in­ternas, basadas en el federalismo liberal y falso.
  • Libertad de elegir y ser elegido, sin inhabilitaciones, y el fortalecimiento definitivo de la voluntad popular.
  • Solidaridad de la clase trabajadora con las luchas de libe­ración nacional de los pueblos oprimidos.
Política internacional independiente.

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