El presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, llegó el pasado martes
5 de febrero a El Cairo para asistir a la cumbre de la Organización de
Cooperación Islámica (OCI) entre Irán, Egipto y Sudán. “Tal parece de que este
sí es el inicio de un frente más unido por parte de los países no judíos de
Oriente Medio” opina el vicedecano del Colegio de Periodistas
Cubano-Americanos, Eladio José Armesto.
“Hasta ahora, en estos últimos años, Irán ha sido acorralada
por ciertos países de Occidente que le están impidiendo el desarrollo normal de
su economía y de su política a nivel internacional”, agregó.
Sin embargo, esto no se puede realizar sin la complicidad de
los grupos opositores al gobierno de Mohamed Mursi, quienes en conmemoración a los dos años de la “primavera árabe”
salieron a las calles de varias ciudades, principalmente de El Cairo donde se
encuentran mayoritariamente los grupos opositores, a manifestarse en
contra de la hegemonía política de los Hermanos Musulmanes levantando las mismas consignas que
hace dos años: "Pan, libertad, justicia social".
El Frente de Salvación Nacional (FSN), la principal alianza
opositora de Egipto, lanzó el pasado sábado 2 de febrero, un llamamiento para derrocar al "régimen autoritario"
del presidente, Mohamed Morsi,
llevarlo ante la justicia, y acabar con "la hegemonía de los Hermanos
Musulmanes en el poder". También reclamaban en contra de la Reforma
Constitucional.
En los intentos por aislar Irán (promovido principalmente
por EE.UU.), Egipto resulta un buen aliado de Ahmadineyad. Sin embargo el FSN
conformado principalmente por organizaciones de izquierda y liberales, aparecen
como los mejores socios de Occidente para llevar adelante un golpe a esta
alianza.
"Todos debemos comprender que la única opción es la de
crear esta alianza, ya que responde a los intereses de los pueblos egipcio e
iraní y de otras naciones de la región", dijo Ahmadinejad.
“Los iraníes están dando u ofreciendo préstamos para
fomentar el comercio de Irán con Egipto y Sudán, puesto que Irán cree que el
derrocamiento de algunas dictaduras de la región ha abierto nuevas
oportunidades para lograr una mayor cooperación regional y quiere ayudar a
alejar a estos países de la órbita norteamericana” señala el analista político
Seyed Mohamed Marandi.
En Argentina luego del estallido del 2001, pasando por un
intervalo de 2 años, asumieron los Kirchner el gobierno. A pesar de algunos
errores, y la falta de profundidad en algunas medidas, generaron un avance más
que importante del país en la última década. Salvando las distancias y las
burdas comparaciones, Mohamed Mursi
ha generado un pequeño progreso, pero progreso al fin, del pueblo egipcio, pudiendo
consolidar un gobierno fuerte y llevar adelante reformas importantes, luego del
régimen de Hosni Mubarak.
Una alianza con el país persa no solamente le viene bien al
pueblo egipcio por la provisión de este recurso escaso como lo es el petróleo,
sino que además, a partir del progreso y la industrialización que viene
llevando adelante Irán puede generar una importación de bienes a un costo
menor. La República Islámica está ofreciendo préstamos para ganar aliados
regionales contra las potencias occidentales y fomentar el comercio y la
cooperación en la región.
En diciembre pasado se aprobó la nueva Constitución en
Egipto, donde el mayor desacuerdo que plantea la oposición está en utilizar como
fuente principal de la legislación la Ley Sagrada del Islam (la Chaira). Sin
embargo también se puede observar que se propone un sistema político basado en
los principios democráticos y en la igualdad de derechos y deberes para todos
los ciudadanos, se respetarán los derechos humanos y se garantiza la libertad
de práctica religiosa y las libertades de pensamiento y opinión, entre otras.
Ambas partes reivindican la revolución que terminó con la
dictadura de Hosni Mubarak, pero en estos momentos se encuentran tan lejos que un apaciguamiento político parece inviable.
Los islamistas insisten en que obtuvieron su poder en las urnas y tildan a sus
oponentes de servir al antiguo régimen. La oposición laica los culpa de
utilizar las instituciones democráticas para construir un Estado a su medida.
El FSN opositor amenazó con no presentarse a las próximas
elecciones legislativas, si no se forma antes un Gobierno de unidad y el presidente
decide retirar la actual Constitución. Aseguraron que seguirán apoyando las
protestas, sin un atisbo de llamamiento a la calma.
Occidente (dígase EE.UU. y la UE) le pueden ofrecer
liberalizar su economía. Ya se lo ofrecieron a Latinoamérica en la última cumbre
de la Celac-UE. Irán le puede servir de apoyo para su crecimiento. Solo depende
de las políticas Mursi para concientizar a las masas populares para llevar
adelante la tarea que comenzó hace dos años y que sintetizaron en “PAN,
LIBERTAD, JUSTICIA SOCIAL”.
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