La profundización de la crisis económica y la desconfianza en la gobernabilidad no motivaron a los italianos para votar en las cruciales elecciones generales que se realizaron y las cuales terminaron sin un claro ganador. El “mercado” esperaba una victoria de la centroizquierda que continuaría por el camino de reducir la deuda. Así se abre una nueva crisis en Italia.
Italia necesita un crecimiento económico que permita garantizar el pago de la deuda y, dado que se trata de la tercera economía de Europa, calmar las inquietudes sobre la supervivencia del euro. Para lograrlo, afirman los especialistas, son necesarias reformas estructurales en materia impositiva y de legislación laboral, es decir, más ajuste y recortes.
Por este motivo el sistema financiero mundial tenía puesto los ojos en las elecciones generales de Italia, que elegía 315 senadores y 630 diputados para conformar un Parlamento que es fundamental para que el Primer Ministro pueda llevar adelante su mandato.
Las políticas de ajustes realizadas y exigidas en Italia son la principal causa por la cual los mercados mundiales estuvieron más interesados en las elecciones que los mismo italianos, cuya participación en las elecciones su inferior que la de las anteriores elecciones.
En las primeras declaraciones de Bersani (candidato del Partido Demócrata - centroizquierda) tras los comicios, dijo que su coalición, que fue la más votada en Diputados, gestionará "la responsabilidad" que les han conferido las urnas "en el interés de Italia".
"La centroizquierda ganó en la Cámara de los Diputados y, por número de votos, está por delante en el Senado", aseguró Bersani, citado por la agencia de noticias EFE. El PD, que compitió en las elecciones aliado con Izquierda Ecología y Libertad (SEL) y con otras pequeñas formaciones, se situaba como la primera fuerza con un 29,56% de los votos, seguido por la centroderecha, con el 29,16%.
En el Senado, los resultados dan a la coalición de centro izquierda de Bersani un 31,6% de los sufragios, mientras que la centroderecha del ex primer ministro y magnate de los medios, Silvio Berlusconi, alcanzó un 30,71%.
Los resultados oficiales y las proyecciones de RAI y otras cadenas de noticias a partir de esos números llevaron a dirigentes tanto de izquierda como de derecha a advertir que una indefinición política como la augurada hará al país ingobernable y forzará una repetición de las elecciones en los próximos meses.
Mientras las elecciones seguían su marcha “con los mercados pendientes de los comicios, la Bolsa de Milán subió tras bocas de urna que pronosticaban un triunfo total de Bersani, que hasta ahora apoyó los ajustes, pero se desplomó con las proyecciones de que Berlusconi, que rechaza el rumbo económico, ganará el Senado, antes de cerrar con un leve repunte”, informaba Telam.
En tanto el panorama de la eurozona no presagia buenos augurios para este año. Estiman se contraerá 0,3% y su tasa de desempleo se incrementará hasta el máximo histórico de 12,4%, según un estudio conjunto de diez institutos económicos europeos.
Desde los organismos internacionales, particularmente lo que respecta a la Zona Euro, y sus representantes han salido a pedir por la continuidad de las políticas que se venían teniendo hasta ahora. "Pero sea cual fuere el gobierno: apostamos porque continúe el rumbo pro europeo y las reformas necesarias", dijo Guido Westerwelle, Ministro de Exteriores alemán, en la misma línea que la Canciller alemana Angela Merkel. Alemania se encuentra preocupada ya que es el líder del bloque y el impulsor del ajuste en el resto de los países europeos, y necesita de estos para poder transferir las consecuencias de la crisis.
Un informe realizado por el grupo Euroframe señala que el ajuste fiscal en el que están inmersas la mayoría de economías del bloque, que trata de atajar esta debilidad sistémica de la estructura común, tiene un "sustancial efecto negativo en el crecimiento" de los países en crisis. "Sin este ajuste fiscal, la eurozona crecería este año entorno a 1% y 2% aproximadamente el próximo", estima.
Los italianos golpeados por la crisis económica, los escándalos de corrupción y reducción de presupuestos, salarios y jubilaciones en el Estado, flexibilización laboral y aumento de impuestos, celebraron comicios cruciales en los que se juega la estabilidad política del país y en donde son observados con resquemores por la UE.
Mientras que el candidato del discurso de la no política, Grillo, el humorista devenido en político del Movimiento 5 Estrellas, capitalizó la ola de descontento hacia los políticos tradicionales y los duros ajustes que se han venido aplicando desde hace ya varios años en Italia.
Para los inversores que consideran que se ha venido gastando demasiado desde el Estado, el mejor resultado posible era un triunfo absoluto de Bersani, ya que creen que seguirá por la senda del ajuste y que sólo esto garantizará poder combatir la recesión.
Sin embargo, los resultados arrojaron un panorama de ingobernabilidad, lo que hará difícil que se tomen medidas que beneficien a los italianos o medidas que en contraposición beneficien a los bancos; vale decir, medidas a favor del ajuste o en contra de él.
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