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29 de enero de 2013

PACTO BOLÍVAR-PETIÓN / PARA LA ABOLICIÓN DE LA EXCLAVITUD


A 197 años del Pacto firmado por el Libertador y el revolucionario Petión, posibilitando que Bolívar emprendiese la campaña libertadora con sentido más americano. 

Nacido bajo el nombre de Alexandre Sabés, era hijo de un francés que lo reconoció y esto le permitió seguir estudios en la Academia Militar de Francia, en 1788. Durante la Revolución Francesa adhirió a los girondinos y adoptó el apellido Pétion, en homenaje al Alcalde de París, adversario de la esclavitud y amigo de Francisco de Miranda.

Mientras tanto, en su país los esclavos consideraban que la Declaración de los Derechos del Hombre también regía para ellos, pretendiendo terminar con una historia de horror.

Alejandro Petión
Fue en La Española donde se establecieron las primeras encomiendas de indios, que provocaron el exterminio de los aborígenes, que pasaron de 300.000 habitantes a sólo 500 almas en tan sólo medio siglo de explotación.

El genocidio hizo necesaria la importación de seres humanos para garantizar la exportación del 40% y el 60% del azúcar y el café que consumían los europeos y que provenía de Haití. Se calcula, que en sólo un siglo de esclavitud, entre 1701 y 1801, los traficantes ingleses y franceses introdujeron 6 millones de negros en Jamaica y Haití.

La sociedad de Sainte Domingue estaba compuesta por 32.000 blancos, franceses y créoles (criollos) que eran los dueños de las plantaciones y funcionarios coloniales, y que vivían de la sangre de casi 800.000 esclavos negros. Completaban el cuadro social unos 25.000 mulatos que se desempeñaban, ante la escasez de blancos, como capataces en las plantaciones o soldados del ejército colonial.

En aquél paraíso caribeño convertido en infierno por el colonialismo, los esclavos sólo eran libres por las noches, cuando practicaban los ritos ancestrales del vudú, para convocar a los espíritus protectores de los antepasados, así como las fuerzas de la naturaleza. Era una forma de resistencia cultural. Otros huían a la montaña y formaban pueblos de fugados.

Pero la Revolución de Francia conmovió al enclave colonial. En 1790 estalló la sublevación, primero sólo de los mulatos, y luego de los esclavos negros.

En esas luchas, surgió el fundador de la independencia haitiana, el antiguo esclavo Toussaint-Louverture.

Pero Napoleón Bonaparte ordena reimplantar la esclavitud y ocupa Haití con 25.000 soldados al mando de su cuñado, el general Leclerc, casado con Paulina Bonaparte, célebre por posar para la Venus Borghese del escultor Canova y por “conceder sus favores a los negros, muchos de ellos jefes rebeldes (…) con el plausible argumento de que era preciso ‘mantenerlos sometidos a Francia’”.

Toussaint-Louverture es apresado y muere. Pero surgen nuevos jefes, como su lugarteniente Dessalines, Cristopher y Pétion, quienes dirigen enérgicamente la guerra nacional contra las tropas esclavistas.

En tanto, el marido de la alegre Paulina, el general Leclerc había muerto de fiebre amarilla, junto con 20.000 de sus hombres.

Frente la peste y a la inusitada resistencia de los négres, que descalabraron a las fuerzas francesas, el nuevo comandante, Rochambeau redobló sus métodos terroristas: los prisioneros eran arrojados vivos a los calderos hirvientes de refinación de la melaza de los establecimientos azucareros o enterrados hasta medio cuerpo en hormigueros. Un destacamento francés alimentaba sus perros dogos con seres humanos.

No obstante, el terror colonialista fue vencido definitivamente en la batalla de Vétyé (18-11-1803) y las fuerzas de Napoleón, acostumbradas al triunfo en Europa, conocían la derrota ante los humildes esclavos haitianos. El 1° de enero de 1804 Dessalines proclamaba la independencia, recuperando la denominación aborigen del territorio: Haití.

Luego, Dessalines se proclama “Emperador”; pero el negro Chistopher y el mulato Petión acaban con él y se dividen el poder.

Al norte, Chistopher establece una república que luego transforma en reino, donde gobierna con “una corte orgiástica”. Restablece el latifundio esclavista donde, tanto amos como esclavos son negros, y crea una suerte de nobleza. Siente un profundo odio por los mulatos, a quienes envidia por su mayor nivel cultural). Su terrible gobierno es un “remedo militar feudal del Antiguo régimen", que no sobrevive a su creador, quien se suicida en 1820.

En cambio, al sur, Alexandre Petión es el auténtico fundador de la República y transforma la lucha anti esclavista en revolución nacional moderna: por primera vez se pagan salarios en dinero a quienes han pasado de la esclavitud al trabajo rural asalariado.  La Constitución establece la enseñanza pública y gratuita. Además entrega tierras en propiedad a los campesinos e “introduce el concepto de la democracia agraria en la Constitución, exactamente después que la tierra ya estaba en manos de los haitianos”.

Petión fundó un Estado agrario democrático, que vivió de manera pacífica, en un régimen nacionalista y de justicia social. Los campesinos haitianos le llamaban Papá Bon Ké (Papá Buen Corazón) y se dijo de él "que no hizo derramar lágrimas sino a su muerte".

El Presidente Petión posibilitó que el Bolívar fracasado de la Carta de Jamaica pudiese emprender nuevamente la campaña libertadora. Y lo “avivó”, señalándole que la revolución sería vencida sin el apoyo de las mayorías sociales de explotados: negros, indios o mestizos, que eran los esclavos o siervos en las plantaciones, las minas, las haciendas o estaban bajo la servidumbre personal.

Petión recibió por primera vez en Haití a Simón Bolívar, el 2 de enero de 1816 y le prometió su más amplia colaboración en la expedición que iba a preparar en Los Cayos. En este sentido, puso a la disposición del Libertador más de 6.000 fusiles con sus bayonetas, municiones, plomo, víveres, una imprenta completa, el flete de algunas goletas y una importante suma de dinero. Además permitió que ciudadanos haitianos se alistasen en la expedición. Como precio de sus servicios pidió sólo al Libertador que proclamara la abolición de la esclavitud en todas las tierras que sus armas libertarían. Apenas desembarcó Bolívar en Margarita, Carúpano y Ocumare de la Costa, cumplió con su promesa a Petión, al proclamar la abolición de la esclavitud en Venezuela un 2 de junio de 1816.

Derrotado en Ocumare y rechazado en Güiria por sus compañeros de armas, vuelve el Libertador a Haití donde recibió por segunda vez de Petión toda su generosa ayuda, así como la del comerciante inglés Robert Sutherland, amigo de éste, para emprender su segunda expedición que salió del puerto de Jacmel el 18 de diciembre de 1816. A partir de ese momento, Bolívar será militarmente invencible.

Asimismo todos los patriotas hispanoamericanos que, desde el destierro, pensaban reanudar la lucha por la liberación de su país, encontraron el apoyo y la ayuda más decidida de Petión. El general José Francisco Bermúdez recibió la ayuda económica de Petión para que volviera con sus amigos a Costa Firme. El coronel Pedro Labatut estuvo 2 años preparando en Puerto Príncipe y Los Cayos una expedición contra los españoles de Nueva Granada. Por su parte, el general Gregor MacGregor hizo de los puertos haitianos su base para realizar sus empresas contra la isla Amelia, Portobelo y la costa de Mosquitos. Asimismo Petión proporcionó su ayuda personal y la del Estado a los numerosos desterrados de Venezuela y Nueva Granada, entre ellos, al general Manuel Piar, a las familias de Bolívar y Soublette, etc. Además permitió que numerosos corsarios patriotas de Luis Brión, José Padilla, Felipe Esteves, Agustín Gustavo Villeret se armaran y aprovisionaran en los puertos haitianos. Toda su vida Bolívar conservó su agradecimiento para Petión a quien calificó de «magnánimo» y de «primer bienhechor de la tierra a quien un día la América proclamará su Libertador».

En 1818, Alexandre Petión murió víctima de la fiebre amarilla. Su patria siguió aislada y la ruina del plan bolivariano le asestó un golpe del que no se ha recuperado.

Pero el destino haitiano está unido al nuestro. La incorporación del desdichado país caribeño a la corriente de la integración suramericana es la forma de honrar al Presidente Petión, y quitar las lágrimas de los haitianos que hoy sufren, tan olvidados y en forma tan injusta, como aquél patriota de oscura piel y noble espíritu.

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