La incorporación definitiva de Venezuela al Mercosur viene siendo debatida desde hace ya cinco años. Sin embargo, pese a haber sido aprobada por los gobiernos y poderes legislativos de Argentina, Uruguay y Brasil, el gran obstáculo para su asociación seguía siendo el Senado paraguayo, considerado el órgano legislativo más conservador de Sudamérica.
La suspensión de Paraguay, por la aplicación del Protocolo de Ushuaia II (la cláusula democrática que prohíbe formar parte del bloque si se produce una interrupción del orden institucional) dejaba la posibilidad para el resto de sus miembros de tomar la decisión del ingreso, ya que Venezuela venía pidiendo ingresar en forma insistente.
El Senado paraguayo, “que desde hace cinco años nos viene tomando el pelo negando el ingreso de Venezuela con argumentos inmorales y baladíes, ahora saca a un presidente y lo sustituye como quien se cambia la camisa”. “Por eso decidimos no convalidar más el manoseo de quienes durante años desconocieron a los 30 millones de venezolanos”, expresó el presidente de Uruguay, José Mujica, respecto de la decisión de quitarle los derechos políticos a Paraguay.
"La crisis global nos obliga a conocernos más, a integrarnos más", resaltó Chávez. Brasileños y venezolanos ya están tratando un primer paquete de negocios conjuntos, a partir de su ingreso pleno al bloque. Ya se han identificado 230 productos que se pueden comenzar a exportar "muy pronto", señaló Chávez. "Brasil es un mercado gigantesco, la sexta economía del mundo y con el ingreso de Venezuela al Mercosur se abre un abanico de oportunidades. Es un mecanismo entre hermanos, flexible, no con un imperio". Por eso destacó el "júbilo" que produce este "punto de inflexión histórico" para los sudamericanos.
"Hoy, este espacio se constituye después de Estados Unidos, China, Japón y Alemania, en la mayor economía del mundo. Nos exige crear, más temprano que tarde, los instrumentos y las instituciones que tornen indestructible este nuevo polo de poder", expresó Cristina Fernández.
En este sentido vemos una nueva perspectiva al Mercosur y a la integración regional, debido a que Venezuela está entre las cuatro economías más fuertes de Suramérica, junto a Brasil, Argentina y Colombia.
Con el ingreso de Venezuela al bloque se contará con un PBI de 3,3 billones de dólares, lo que representaría el 82,3% del Producto Bruto Total de Suramérica. “La incorporación cierra definitivamente la ecuación de lo que va a ser este siglo XXI: energía, minerales, alimentos y ciencia y tecnología” destacaba Cristina Fernández.
Cuando fue creado el Mercosur, fue en un marco sociopolítico diferente. Los gobiernos de turno profesaban las políticas del Consenso de Washington. Privatización, desregulación, desreglamentación y la vida fundada en la absorción de capitales externos. Hoy estos estados, junto a otros que no son miembros plenos del bloque, entienden al Estado como interventor de la economía.
El Mercosur pasa a conformar así una herramienta más hacia la integración y a una defensa contra las políticas que se están llevando adelante en los países centrales como Alemania, EE.UU., Gran Bretaña y demás que pretenden extender la crisis a todas las regiones del mundo para poder salvarse ellos. "Puede vestir uniforme de soldado, puede ser un sacerdote, puede ir con polleras, puede ser un intelectual pero los une la misma cosa: la indignación frente a la injusticia, a la inequidad, a los que unos tengan todo y los otros no tengan nada". Falta un gran trecho aún por recorrer pero estas palabras de la Presidenta representan una gran verdad a la luz de la realidad: el ingreso de Venezuela al Mercosur es un gran paso hacia la integración.
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