“Como sabes, soy bastante aficionado a los cómics. Especialmente a los de superhéroes. Encuentro fascinante toda la mitología que envuelve a los superhéroes. Elijamos a mi superhéroe favorito, Superman. No es un gran cómic. No está especialmente bien dibujado. Pero la mitología… la mitología no es solamente grandiosa, es única. Uno de los elementos principales de la mitología del superhéroe es que hay un superhéroe y hay un alter ego. Batman es en realidad Bruce Wayne, Spiderman es en realidad Peter Parker. Cuando ese personaje se levanta por la mañana, es Peter Parker. Tiene que ponerse un disfraz para convertirse en Spiderman. Y es ahí, en esa característica, donde Superman es único. Supermán no se convirtió en Superman. Superman nació Superman. Cuando Superman se levanta por la mañana, él es Superman. Su alter ego es Clark Kent. Su traje con la gran S roja es la manta que le envolvía siendo un bebé cuando los Kent lo encontraron. Ésa es su ropa. Lo que lleva Kent -las gafas, el traje de negocios- es el disfraz. Es el disfraz que Superman lleva para integrarse entre nosotros. Clark Kent es tal como Superman nos ve a nosotros. ¿Y cuáles son las características de Clark Kent? Es débil… es inseguro… es un cobarde. Clark Kent es la crítica de Superman a toda la raza humana”.
En la pelicula Kill Bill Vol. 2, Bill, el personaje que
interpreta David Carradine se despacha con este excelente monologo sobre el
súper héroe Superman. Sin embargo cabe preguntarse, ¿somos los humanos débiles,
inseguros, cobardes?
Preguntémoselo a nuestro Clark Kent de la política
mendocina, que en 2008 votaba en contra del proyecto político del que formaba
parte, traicionando con su voto “no positivo” a la soberanía popular.
Exactamente 5 años después lo encontramos nuevamente en la UCR, manteniendo esta
oposición y esperando cobrar una jugosa jubilación (de privilegio, cabe aclarar).
“Camina, escucha, propone. Es distinto a los demás, por eso
es igual a VOS”. Así se describe a un Cobos en campaña para la sociedad
mendocina que pretende una banca (se podría decir asegurada habiendo ganado las
primarias partidarias) en Diputados, mostrando que los mendocinos somos como él.
Sin embargo, a diferencia de Superman, este personaje de
cómic, es de carne y hueso y dista mucho de aquel que se levanta por las
mañanas siendo el bueno de la película. De procedencia de “clase media” nacido
en el Barrio Bancario de Godoy Cruz, allá por 1955, hoy es el representante de
la NO política.
Mendoza, la de los andes infinitos, rodeada de gente dulce y
que además puede acunar libertad, lejos está de aquel personaje de cómic
inseguro, cobarde y débil que pretenden mostrar como uno más de los ciudadanos mendocinos.
Cabe señalar que esta visión de “humanidad” que tiene
Superman, en realidad es la visión que el creador de la historieta tiene sobre
la sociedad neoyorkina. Una sociedad frívola, consumista, cobarde, que necesita
de súper héroes para sobrevivir a cualquier catástrofe (natural o financiera).
Cobos, este personaje al cual su esposa le dictaba sus
discursos como gobernador de una provincia (aunque sin desmerecer a aquella
mujer, simplemente siempre se espera escuchar lo que el Gobernador de la Provincia
opina respecto de lo que pretende hacer y no lo que la mujer del Gobernador
opina de lo que pretende que haga su marido); el cual ante una manifestación
-no tan multitudinaria- le reclama, se desmaya (¡qué pensar si debe enfrentar
manifestaciones con paros generales o una discusión con los grupos
concentrados, con mayor poder político y económico que unas 200 personas!); de
una “carrera política” signada por la traición (primero cuando fue Decano de la
Facultad Regional Mendoza de la Universidad Tecnológica Nacional, luego cuando
desempeño el cargo de Gobernador a su predecesor Iglesias y más tarde en la
vicepresidencia, por nombrar solo algunas).
Cobos representa a la perfección Clark Kent, con todos sus
defectos y virtudes (que como tal podría decirse que es un neoyorkino más).
Sólo que no es alter ego de nadie. No existe ningún súper héroe disfrazado, es
solamente ese personaje. Y para colmo de males, representa a una sociedad que
no es la mendocina, ni siquiera se le parece. Ni por su composición social, ni
por su idiosincrasia, ni por sus costumbre.
Es distinto a los demás, pero NO es igual a VOS, como sus
publicistas pretenden hacer creer. No es cobarde, ni insegura, ni débil la
sociedad mendocina. No son esas sus características.
Cobrar una jubilación de privilegio, no es para todos (la
misma palabra lo dice todo, de PRIVILEGIO), representar a los grupos económicos por sobre los intereses de las mayorías tampoco es de buen mendocino ni argentino. Traicionar los principios y la
confianza por la cual se lo ha votado tampoco lo es.
Teniendo en cuenta y habiendo descripto las cualidades de
este personaje del cómic, sus “cualidades” y defectos, está en los ciudadanos
mendocinos desenmascarar a este Clark Kent y descubrir que es sólo Clark Kent.
No hay más que eso y que no viene a “salvarnos” de nada, simplemente salvarse
él y los sectores que representa.
Está en los mendocinos si esta historieta termina en agosto o octubre, o si sigue por cuatro años más. Continuará... ¿Continuará?
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