“Todas las políticas
de Estado son intervencionistas. La pregunta por responder es ¿a favor de
quién?” Arturo Jauretche.
En un comunicado presentado al Consejo de Mercancías de la
Organización Mundial de Comercio (OMC) por el embajador de Estados Unidos ante
el organismo, Michael Punke, se critica a la Argentina por restringir
arbitrariamente sus importaciones y le advirtieron que podrían tomar
represalias. Dicho comunicado fue presentado por EE.UU., la UE en representación
de sus 27 miembros y 10 países más.
La nueva normativa impuesta por el Gobierno Nacional que
rige desde el 1 de febrero, exige para las importaciones un registro previo, y
la revisión y aprobación de cada transacción importante.
Esto se da en el marco de una caída en el superávit comercial y representa una política para equilibrar el comercio. Obliga a compañías importadoras a acordar exportaciones por montos similares a los de sus compras en el exterior, "dólar por dólar" como dijo Punke, o producir en el país.
El mayor interesado en esto es EE.UU. que mantiene un
influjo comercial no solo en Argentina, sino también en toda la región. Sólo en
el año pasado las exportaciones norteamericanas a América Latina aumentaron
17%, mucho más que en cualquier otra región del mundo. Además Argentina figura
en una lista de cinco destinos críticos para los productos estadounidenses. La
región le compra el 40% de la producción de EE. UU. (confesó entre otros, el
representante comercial estadounidense, Ron Kirk). Para el país equivaldría a 4000
millones de dólares, un aumento del 25% el año pasado.
Computadoras portátiles, electrodomésticos, aires acondicionados,
tractores, máquinas y herramientas, automóviles y autopartes, plásticos,
productos químicos, neumáticos, juguetes, calzado, textiles, prendas de vestir,
maletas, bicicletas y productos de papel estarían viéndose afectados.
En respuesta al documento, el canciller Héctor Timerman
declaraba “pretenden que absorbamos la crisis que ellos padecen. Por eso nos
vamos a defender” y además celebraba que los países del BRICS no hayan firmado.
Se manifiesta de esta manera la presión de los países centrales para desactivar
controles comerciales en los países periféricos y así “exportarles” la crisis.
“¿O acaso Argentina puede exportar hacia esos países todo lo
que quiere? Todo el mundo hace política comercial. Cuando Estados Unidos tenía
excedente financiero, había plata dulce en Argentina, ahora se quieren llevar
nuestro excedente financiero y colocar sus mercancías. Vamos a aguantar este
embate”, manifestó el canciller Héctor Timerman a un matutino de Buenos Aires.
El perjudicado es EE.UU. por las razones ya dadas, y desea
implantar las mismas medidas que podía hacer hace unos años atrás, donde las
decisiones de su presidente influían en las políticas internas de los
diferentes países periféricos, principalmente. Aún siguen influenciando, pero
la crisis que se está viviendo a nivel internacional ha sido tan profunda que
ha permitido el impulso de otras economías.
Si bien la política oficial está generando en el corto plazo
cuellos de botella, ya que detectan problemas de abastecimiento, la producción
nacional creció un 59% entre 2008 y 2011, con una participación que pasó del 39
al 66% en el mercado local, según datos del Ministerio de Industria.
El discurso de un asesor presidencial de EE.UU. coincide con
lo que viene registrando el gobierno de Cristina Kirchner. La balanza comercial
entre ambos países es favorable a los Estados Unidos. Lo importante es la
reacción a determinado problema (o conveniencia según el caso).
Por un lado EE.UU en su condición de país central pretende
seguir inundando el mercado con las mercancías que aún sigue produciendo y de
ese modo poder apaliar medianamente el fuerte desempleo que sufre y la pérdida
de capitalización de sus empresas debido a que el mercado financiero se está
trasladando a nuevos horizontes; por otro lado Argentina en su condición de
país periférico, y con un gobierno de tinte nacional, pretende defender y
alentar la inversión y producción de su incipiente industria.
La medida implementada llega tarde debido a que ahora
representaría, aunque por poco tiempo, un cuello de botella para la industria
de aquellos productos implicados, porque lo que producían en su momento les alcanzaba
para abastecer el mercado, pero con el aumento del poder adquisitivo de los
argentinos ha impulsado mayores ventas de los productos, lo que generó un acrecentamiento
de las importaciones para abastecer el mercado.
Sin embargo celebramos y defendemos cualquier medida que
tenga Argentina para llevar adelante políticas soberanas en materia económica,
pero principalmente que dirija la economía en beneficio de la mayoría de los
argentinos.
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