Los algo más de 3000 habitantes actuales -de los cuales sólo
29 son argentinos- se han beneficiado por medidas que tomó la corona británica,
una vez pasada la guerra. A casi 30 años de aquellos días, la riqueza se genera
por la pesca, el petróleo, en menor medida, la lana y el turismo.
Margaret Thatcher decidió tomar una actitud proteccionista
con los isleños. Por ejemplo, se les otorgó la ciudadanía plena a los
habitantes de las islas, además el gobierno local fue autorizado a explotar los
derechos de pesca en sus aguas, aunque éstas fueran reclamadas por la
Argentina. A ello hay que añadir que todos los gastos de defensa, incluyendo la
construcción de un importante aeropuerto junto a una base militar en el centro
de las islas, corrían -y corren- a cargo del Reino Unido.